El Caballo de Turín (2011) es una película dirigida por Béla Tarr, conocida por su estilo minimalista y contemplativo. La historia gira en torno a un granjero anciano y su hija, quienes viven en una casa aislada en una zona rural. La película sigue su rutina diaria mientras cuidan de un caballo, que deja de comer y parece estar cerca de la muerte.
La obra se inspira en un incidente real en la vida del filósofo Friedrich Nietzsche, quien supuestamente sufrió un colapso mental tras presenciar el maltrato de un caballo en Turín en 1889. Aunque la película no trata directamente sobre Nietzsche, explora el agotamiento de la vida, el sufrimiento y la inevitable decadencia a través de una narrativa lenta y llena de simbolismo.
Con largos planos secuencia, casi sin diálogo y una atmósfera sombría, El Caballo de Turín es una meditación sobre la monotonía, la desesperanza y el final de todas las cosas.